Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Miércoles 28 de mayo de 2008
Se trata de escritores treintañeros que no quieren identidad de grupo, sino una literatura propia arraigada en un carácter marginal.
La llaman la Generación Inexistente porque los escritores que la integran están en el proceso de construcción de su obra: varios de ellos han publicado en editoriales comerciales y algunos son reconocidos por autores mayores. Son una camada de nacidos entre 1970 y 1979, con más diferencias que coincidencias.
Rebeldes con causa
Esos jóvenes que escriben desde la rebeldía y la radicalidad, que prueban todos los géneros literarios con temas donde el humano establece nexos con la comunidad ante los cambios globales, no tienen un padre tutelar; ven a México con desconfianza, cinismo y sarcasmo y ha decidido publicar desde la periferia. En los últimos años varios de esos escritores se hicieron “atractivos” para las editoriales comerciales y, al respecto, Almadía acaba de publicar la antología Grandes hits. Nueva generación de narradores mexicanos.
En busca de un lugar en las letras
Sin embargo, aún les falta probar que son una verdadera generación de la que podría salir el o los autores que se incorporen a la tradición de la literatura mexicana. A ese grupo Jaime Mesa lo llama la Generación Inexistente; por su parte, Rafael Lemus le exige: “Escribir aquí y ahora: no puede pedirse algo más elevado a los nuevos narradores mexicanos”. Mesa asegura que el interés de las editoriales comerciales por publicar a esos narradores responde a una estrategia y que eso no garantiza su permanencia en las letras.
Tryno Maldonado, editor de la antología, dice que el grupo pretende mirar a México y a la tradición desde afuera, casi desde el limbo con una perspectiva paródica y boicoteados desde su propio interior. “Es una literatura despojada de ideologías y patriotismos impostados, pero que no pretende hacerse pasar por cosmopolita o universal”.
Taxonomías arbitrarias
La escritora Margo Glantz, que fue uno de los narradores que ayudaron a elegir los 19 autores de Grandes hits, señala que las generaciones son siempre arbitrarias, la única seguridad es la fecha de nacimiento. “Tienen la vigencia de ciertos acontecimientos históricos, de algunos cambios y cierta sensibilidad; eso no quiere decir que ya formen una verdadera generación de escritores porque hay gente que surge y luego se acaba. Hay que considerar que la recepción literaria está sujeta a la veleidad cultural”.
En espera del juicio de la historia
Aún cuando el crítico literario Adrián Curiel Rivera considera muy temprano hablar de una generación que marcará la literatura, Maldonado dice que la riqueza de temas, estéticas y formas, características de su generación no pasan por el centro del país.
“Ya no es como en otras generaciones, por ejemplo, la de medio siglo en la que aunque fueras de Xalapa como Pitol, de Veracruz como Juan Vicente Mello o de Yucatán como Juan García Ponce, todos tuvieron que pasar por el centro para ser visibles para las editoriales”.
Ver a México desde fuera
A la dispersión temática que les caracteriza se suma el que, contrario a los autores de la generación del Crack —quienes omitían a México en su obra—, la generación de los 70 habla de México, pero con desconfianza: abordan los clichés de lo que pretendidamente es la identidad nacional desde formas paródicas, excépticas y desencantadas.
Dice Maldonado que emprenden la identidad nacional hacia afuera “al enviar una especie de resonancia hacia otras tradiciones, países y géneros como el cine y la música pop”.
No obstante, a los 19 autores reunidos en la antología, entre los que destacan Antonio Ortuño, Guadalupe Nettel, Alejandra Maldonado, Eduardo Montagner, David Miklos, Ximena Sánchez Echenique, Martín Solares y Heriberto Yépez, les falta probarse frente al tiempo.
Lo confirma Adrián Curiel: “es difícil precisar si una producción tan fresca tiene algún aporte o va a tener alguna trascendencia hacia futuro; incluso para la generación anterior, la de los escritores de mi edad”.
2 comentarios:
eeer ,¿ya te fijaste, querido Jaime que el nombre de tu blog es algo así como "hogar sustituto"? ¿es el sentimiento de orfandad reflejado en tu novela?
Querida Brenda, sí, me había fijado. Es todo eso que mencionas, sí.
Qué bien, no?
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