martes, 31 de marzo de 2009

Aquí, ahora

¿Cuándo estamos listos?
¿Y para qué estamos listos?

martes, 24 de marzo de 2009

Una de la Sontag...

"¿Por qué es importante escribir? Principalmente por egoísmo, yo supongo. Porque quiero ser esa persona, una escritora, y no porque haya algo que tenga que decir. ¿Aunque por qué no también por eso? Con un poco de construcción del ego —como el fait accompli [hecho consumado] que es este diario— yo ganaré a través de la confianza de que [yo] tengo algo que decir, que debe ser dicho."

Clase turista

Olvidé decirlo. Vine a Europa como turista. No contemplé las calles ni los museos con una pose reflexiva ni saqué grandes conclusiones. Me tomé dos fotos con la torre Eiffel atrás y probé la Royal Cheese. Compré postales y me divertí mucho. La compañía que tuve fue magnífica y mis distintos anfitriones (ningún escritor ni pintor ni artista) una abogada, una doctora en filosofía medieval, otro en literatura, un comerciante y músico me hicieron quedarme quieto y cómodo con mi ser turista.
Y bueno, qué le voy a hacer, creo que el mejor país no está allá afuera. Mi viaje transcurrió en el confortable hastío del estudio que tengo en mi departamento en Puebla. No salí de ahí. Decidí quedarme y, así, gozar de Europa de una manera magnífica. Sí, ya sé, tengo los visados en el pasaporte y el boleto de vuelta (qué alivio).
Ya me tocará salir cuando vaya a alguna reunión y le cuente a la gente de las maravillas de otros lugares que, claro, ya conocen, ya han visto en el cine o en documentales o en internet.
En fin.

lunes, 23 de marzo de 2009

¿Acaso hay algo allá afuera?


Canceladas las reflexiones exprés que suele escribir la gente que no escribe y que se muestra indiferente cuando Yazmina Reza pregunta con ironía al viajero entusiasmado: "¿Qué? ¿Acaso hay algo allá afuera?" vaya esta imagen que muestra que, efectivamente, no hay nada allá afuera.
Todo, en efecto, está dentro.
Por eso son tan habituales esas conversaciones costumbristas donde la gente que va a otro país se queja de que todo está muy caro, y hace notar con sorpresa ciertas manías que tienen las personas lejos de su terruño. También es magnífico el comentario de que están hartos de tanto "arte europeo" y saturados del viaje. Esa es la conciencia del turista, que se desplaza, que huye, que cambia de país queriendo cambiar de cabeza.
El viajero, aunque lleva pasaporte, vuela en avión, no se va nunca. Se queda. Está en sí mismo y en cada recorrido deambula más por su cabeza que por el país en turno. Así, cuando regresa encuentra que no se ha ido. Sabe, aunque no ha estudiado economía, que en otro lugar las cosas pueden o no ser más caras y paga el precio. Va a los museos buscando sus obras favoritas y no a conocer si no a reconocer.
Lo único realmente importante al viajar es adquirir la conciencia de extranjero, sentirse extranjero por un tiempo. Sin embargo, los músicos, escritores, pintores, vamos, los artistas y los científicos habitualmente tienen esa conciencia aún en su propio país y desde pequeños.
Así que, quizá, la burla de Yazmina sea más verdadera de lo que podríamos aceptar.
¿Realmente hay algo allá afuera?


jueves, 5 de marzo de 2009

Waves and radiation

"--Mi vida es o bien-o bien. O bien mastico chicle normal o bien mastico chicle sin azúcar. O bien mastico chicle o bien fumo. O bien fumo o bien gano peso. O bien gano peso o bien me dedico a subir corriendo las gradas del estadio.
--Suena a vida aburrida.
--Espero que dure eternamente -dijo."
Don DeLillo.