domingo, 11 de mayo de 2008

¿Narrativa joven? ¿La leemos?


El escritor Antonio Ortuño publicó el 24 de abril en la página web de Letras Libres el siguiente texto:



La próxima semana se presentará en Oaxaca una antología de jóvenes narradores mexicanos (todo lo jóvenes, al menos, que puedan ser los nacidos en el decenio de los setenta). Se llama Grandes Hits, su editor es el novelista Tryno Maldonado y le da sello la casa Almadía. Fueron seleccionados para el libro 20 autores, con el único requisito de tener algún libro publicado. Un comité de lumbreras que incluía entre otros a Pitol, Villoro, Glantz, Bellatin y Enrigue, se ocupó del palomeo. La primera noticia, sorprendente, es que existan 20 narradores jóvenes en México dignos de ser antologados. No sólo 20, además, pues la portada del libro incluye la acotación de que es un “primer volumen”. Estos son apenas una cucharada de la sopa entera.
¿Se avecina una buena cosecha de nuevas letras? El fuego de la controversia lo prendió el novelista Jaime Mesa, en un texto muy discutido que apareció en Laberinto. Mesa postulaba que aún no hay nada escrito por nativos de los setenta que valga la pena y proponía una lista de 21 autores a modo de apuesta futura. La antología de Almadía viene a sumarse a un debate que podría y debería ser divertido.
Como autor incluido en ambos listados propongo algunas consideraciones. Primero, que hacer a antologías a estas alturas es, cuando menos, prematuro. Más de alguno de los seleccionados no volverá a escribir o publicar narrativa. Alguien tómese un rato para ver qué fue de los incluidos en la Asamblea de poetas jóvenes de México, compilada por Gabriel Zaid en los setenta precisamente, mientras los ahora antologados nacíamos: hay futuros profesores, diputados, cineastas, vagabundos y borrachos pero poquitos poetas. Una antología de nacidos en los setenta es una quiniela y lo seguirá siendo durante años.
Segundo, ni este hecho que anoto ni las antologías mismas son en el fondo asuntos literarios. Lampedusa, Celine, Cervantes mismo, no habrían aparecido en antologías de sus jóvenes contemporáneos. Cualquiera podría ser el mejor escritor de la generación de los setenta —si tal título nobiliario importa, cosa que francamente dudo— aunque comience a escribir o publicar dentro de cuarenta años. Este juego de las sillas, aunque gracioso, es eso: un mero juego de azar.
Por lo pronto, y sólo para arrojar más boletos a la tómbola, agrego mi propia lista de autores que no figuran en la lista de Mesa o la antología.
1. Nicolás Cabral. 2. Héctor J. Ayala. 3. Mariño González. 4. Rogelio Guedea. 5. Fernando de León. 6. José Israel Carranza. 7. Gabriel Wolfson. 8. Jorge Harmodio. 9. Julián Herbert.

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