lunes, 23 de marzo de 2009

¿Acaso hay algo allá afuera?


Canceladas las reflexiones exprés que suele escribir la gente que no escribe y que se muestra indiferente cuando Yazmina Reza pregunta con ironía al viajero entusiasmado: "¿Qué? ¿Acaso hay algo allá afuera?" vaya esta imagen que muestra que, efectivamente, no hay nada allá afuera.
Todo, en efecto, está dentro.
Por eso son tan habituales esas conversaciones costumbristas donde la gente que va a otro país se queja de que todo está muy caro, y hace notar con sorpresa ciertas manías que tienen las personas lejos de su terruño. También es magnífico el comentario de que están hartos de tanto "arte europeo" y saturados del viaje. Esa es la conciencia del turista, que se desplaza, que huye, que cambia de país queriendo cambiar de cabeza.
El viajero, aunque lleva pasaporte, vuela en avión, no se va nunca. Se queda. Está en sí mismo y en cada recorrido deambula más por su cabeza que por el país en turno. Así, cuando regresa encuentra que no se ha ido. Sabe, aunque no ha estudiado economía, que en otro lugar las cosas pueden o no ser más caras y paga el precio. Va a los museos buscando sus obras favoritas y no a conocer si no a reconocer.
Lo único realmente importante al viajar es adquirir la conciencia de extranjero, sentirse extranjero por un tiempo. Sin embargo, los músicos, escritores, pintores, vamos, los artistas y los científicos habitualmente tienen esa conciencia aún en su propio país y desde pequeños.
Así que, quizá, la burla de Yazmina sea más verdadera de lo que podríamos aceptar.
¿Realmente hay algo allá afuera?


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