Debo decir que cuando escribí el texto: "La generación inexistente" que apareció en el suplemento "Laberinto" tenía en mente un ensayo publicado por Geney Beltrán Félix en la revista Blanco Móvil en el invierno de 2004-2005. Me entusiasmó que alguien hablara así de la literatura mexicana y, además, hablara así de Nosotros (los nacidos en los 70), ese nosotros que tan cínicamente usé en el texto de "Laberinto" y que, de entrada, era una paradoja porque, entendí, ese "Nosotros", en esta generación sólo es un "Yo" solitario.
Geney fue el primero, o de los primeros en definir un cierto espacio, un cierto tiempo y a un cierto grupo de escritores que estaban ahí, iniciando: "el principal o quizá único rasgo común a la amplia Generación de la Crisis, la No Generación de escritores nacidos a partir de finales de la década de 1960 es la constatación de que es ésta una tierra huérfana".
Con Geney nacieron mis dudas sobre el inexistente "Gran Tema Mexicano", sobre los temas que estábamos escribiendo y sobre quiénes éramos nosotros y a qué le teníamos miedo. Por supuesto que las raíces de "Generación Inexistente" tienen que ver con las ideas de "un país inexistente".
Luego vino el texto de Rafael Lemus en Quimera (aparecido también en "Confabulario"): "Aquí y ahora"; después mi texto en "Laberinto" y al final la antología de Tryno Maldonado Grandes Hits, Nueva Generación de Narradores Mexicanos, que en el prólogo arriesga otras características, otras señas de identidad. Y empezó el alboroto.
Son cuatro intentos de definirnos, de hablar de nosotros, de lo que nos preocupa, ante la catarata de libros de los "nacidos en los 70". Pero, todo ese interés, hay que decirlo, provino de uno de los mejores ensayistas (por ahorrarnos los problemas que sería decir "el mejor") de la generación: Geney Beltrán.
Todo lo que acabo de escribir es pertinente porque Geney acaba de recuperar en su blog el ensayo iniciático de las últimas discusiones, de las últimas reflexiones sobre la literatura mexicana escrita por el "relevo".
Habría que pensar que falta una cuña: que algún autor serio de una generación anterior revise esta nueva cartografía, que los cuatro hemos propuesto, y diga su punto de vista.
Celebro la vuelta al blog de ese ensayo de Geney y pongo el link para que vuelva a leerse: "Historias para un país inexistente".
2 comentarios:
Hola, yo también soy (o seré o me gsutaría ser?) de las inexistentes... ya había según yo subido mi comentario peor no lo publicó, en fin; buscaré tu novela. Un saludo.
Mi buen Jaime, no hay que olvidar el riguroso y despiadado ensayo de Pablo Raphael en ese mismo número de Quimera sobre nuestra "generación". A mi gusto ése es el mejor de todos, y tuvo como soporte un amplio cuestionario entre los autores mencionados. Valdría la pena rescatarlo para esta discusión que has venido llevando. Un abrazote.
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