lunes, 2 de noviembre de 2009

Del 68 a la generación inexistente





En su introducción “Del 68 a la generación inexistente” que es parte del libro Tendencias de la narrativa mexicana actual, José Carlos González Boixo dice: “La pregunta que queda en el aire es si realmente se puede hablar de una generación, en el sentido literario, dado que desde el punto de vista cronológico nadie tiene opción a autoexcluirse. De ahí que no sea lo mismo hablar de la generación de los setenta como puro marco referencial en cuanto a la fecha de nacimiento, que de una generación que se siente como tal en cuanto a proyecto literario”.

Luego pasa revista a cuatro “manifiestos” que señalan propuestas muy individuales. Estos son, “Historias para un país inexistente” de Geney Beltrán; “Aquí y ahora: cuatro notas sobre la nueva novela mexicana”; el mío, “La generación inexistente”; y la “Introducción” a Grandes hits, de Tryno Maldonado.

De ahí establece una serie de aspectos generacionales (con carácter provisional, afirma):
1. La existencia de una generación. “¿Cuándo se admite que existe una generación?”, pregunta. “Tiene que haber un espíritu generacional, algo que en este caso sí parece existir, aunque en forma tan negativa como sugieren la mayoría de los nombres propuestos (“No Generación”, “Generación de la Crisis”, “La generación inexistente” y “Generación Atari”)”. Continúa: “Hasta el momento no se ha producido un manifiesto que plasme una voluntad expresa de ser una generación, pero sí hay una pública relación entre un numeroso grupo. Existen, además, temas y actitudes comunes, suficientes para hablar de espíritu generacional”.
2. El “No Tema Mexicano”. Dice: “No es una generación que se haya destacado por propuestas novedosas en técnica narrativa, aunque algunos autores siguen arriesgándose en la vía experimental. Lo que los unifica es su deseo de abandonar la idea de una ‘literatura nacional’”. Sigue: “La generación inexistente (…) ya no tiene necesidad de forzar su narrativa excluyendo de manera consciente el espacio mexicano, porque ha asumido que no tiene obligación de realizar una literatura nacional.”

Así va la descripción de “La generación inexistente” que hace Boixo.






Ahora, Ignacio Sánchez Prado publica en el nuevo número de la revista Tierra Adentro el texto “El Síndrome de Golo”, donde habla de lo siguiente, siguiendo su descripción publicada en su blog: “una lectura muy crítica de dos novelas, Los esclavos de Alberto Chimal y Temporada de caza para el león negro de Tryno Maldonado. No es tanto una reseña de los textos, sino una crítica del medio literario del que emergen novelas como estas”. Luego pone un par de fragmentos de dicho texto:
“En estos términos, la deficiencia central de Temporada de caza y Los esclavos, en tanto novelas sintomáticas de la narrativa mexicana reciente —y debo decir que una simple mirada a la antología Grandes Hits deja claro que el problema es más bien endémico— radica en sus intentos de tratar un tema —la deshumanización— cuya envergadura intelectual no es alcanzada por el restringido espectro estético y literario presente en estas novelas y en buena parte de la producción narrativa de los escritores jóvenes”.
“El punto aquí es que la abyección en estos dos libros no resulta del margen sino del centro. Estos libros gozan de la validación de casas editoriales de renombre: Almadía, una editorial de creciente prestigio nacional y Anagrama, una de las editoriales más prestigiosas e influyentes del medio hispano. Validadas institucionalmente, y escritas por autores nacidos y crecidos en una generación particularmente beneficiada por el proteccionismo cultural del Estado, estas novelas no pueden ser verdaderamente contraculturales. Resulta difícil pensar exactamente hacia dónde están dirigidas estas provocaciones, considerando que los catálogos editoriales de nuestros días están llenos de intentos superficiales de épater les bourgeoises. Ésta es una de las razones por las cuales el potencial intelectual de estas novelas, para parafrasear al viejo Marx, se desvanece en el aire.”
“Ambas novelas ejemplifican la forma en que el medio literario mexicano valida una noción estrecha de la literatura y lo literario que empuja incluso a sus mejores escritores a desconectarse radicalmente del mundo”.


Después, René López Villamar en un post llamado "De la generación de los setenta" publicado en su blog hace el siguiente comentario: “No deja de molestarme que a partir de una homonimia Sánchez Prado rebaje al nivel de Temporada de caza... la novela de Chimal, ni que al final la comparación abra una reflexión más amplia y acertada, de la que Alberto y Tryno son —a pesar de la desigualdad de sus obras— casos extraordinarios en el peor de los casos. Pero las conclusiones generales del profesor me parecen importantes:
‘En México no tenemos ningún debate sobre las tensiones entre el realismo y el experimentalismo [...] porque no hay ni el uno ni el otro. Lo que tenemos son libros buenos (como el de Chimal), regulares (como el de Maldonado) y malos (como el limitado Recursos humanos de Antonio Ortuño o el verdadermanete infumable Fisuras en el continente literario de Federico Vite), que funcionan en esa área gris que mezcla antinacionalismo, antirrealismo, decadentismos superficiales y metaliteratura con resultados dispares’.”

Así, un tema que parecía un tanto olvidado y que desató las más variadas “bravatas”, como calificó acertadamente Alberto Chimal a la discusión sin discusión que hubo el año pasado (2008) alrededor de “la nueva generación de escritores mexicanos”, vuelve a las marquesinas.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Terrible anatómica


Un vistazo al debut literario del escritor Luis Panini, Premio Nuevo León de Literatura 2008:

Sinopsis: (Tomada de la contraportada)

"Amputaciones, mujeres descuartizadas, niños decapitados, malformaciones congénitas, enfermedades infecciosas, canibalismo, una pizca de humor negro y otra de absurdo. La carne violentada. Tan sólo algunos de los ingredientes que hierven a fuego lento en el caldo que consume a las historias de esta colección. Apelando a un estilo lúdico, que se regodea en detalles escabrosos e hiperboliza, el autor lanza una atroz crítica a la frivolidad de la urbe contemporánea mediante ocho cuentos, todos ellos revestidos de una fuerte dosis de sarcasmo que hace parecer normal la perturbadora temática que los caracteriza. Los personajes que desfilan en este libro forman parte de una sociedad deshumanizada y maldita que habita la superficie de cada una de sus páginas. Terrible anatómica, el debut literario de Luis Panini, surge como una arriesgada propuesta narrativa por parte de un escritor joven al pendiente de las pasiones y obsesiones humanas."